¡STOP DESHAUCIOS!
Paseaba por los largos pasillos
del centro comercial aquel día de verano , cuando en los estantes del aire
acondicionado vi una imagen que me desconcertó, tres hermanos de 20 , 30 y 35
años vestidos de los tres cerditos del cuento vendiendo un juego del mismo. A
mí me pareció que habían recreado el cuento a la perfección, y por ello decidí
investigar la historia de estos hermanos y en ello descubrí una interesante historia.
Todo se remonta a hace unos muchos de años. Tres hermanos que vivían en Sevilla,
en Mairena del Aljarafe y todos vivían en la misma calle, la calle
Petunia , en esa calle había tres casas
seguidas que se vendía. Un día que paseaban los tres hermanos por allí de
pequeños y dijeron que, cuando fueran mayores, vivirían cada uno en una casa de
aquellas que vieron aquel día.
Cuando llego el momento de que Pepe, José y
Luis se compraran cada uno una casa, fueron corriendo a esa calle para ver si
las casas seguían en venta. Pepe se instaló en la suya, la nº20, José que era
el mediano en la nº18 y Luis, el pequeñajo pero ya no tan pequeño, se instaló en
la casa nº 16. Pepe trabajaba en un
supermercado de un centro comercial en el que se vende mucho, era muy famoso en
la zona. A José le encantaba los parques temáticos, por lo que acabó trabajando en
Isla Mágica, el parque de atracciones más conocido en toda Sevilla. Luis
todavía buscaba trabajo, pero lo encontró en un puesto de esos que hay de Vodafone
en algunos sitios. Todo fue de maravilla durante unos años, todo era perfecto
hasta que un día llegaron los famosos
recortes y a todos y a cada uno de ellos les bajaron el sueldo. Ellos estaban
muy preocupados, no sabían que hacer, sacaban los euros de donde podían, pero
ocurrió lo inevitable: Llegó la tan odiada carta en la que se les comunicaba
que en el próximo lunes 23 de junio debían abandonar la casa. No sabían que hacer,
no tenían a donde ir a sí que, llegado el día, se fueron al centro comercial,
pues al menos allí había aire acondicionado.
El vigilante de seguridad llevaba un buen rato vigilándoles ya que llevaban
cinco horas allí metidos. Cuando se acercó a ellos lógicamente les pidió una explicación,
y contada su historia al vigilante les dio tanta pena que les consiguió el
puesto de trabajo.
Y allí están los tres hermanitos
vestidos de cerditos, que gracias a aquel vigilante ya no tuvieron que volver a
la calle y para agradecérselo le han invitado a su nueva casa, ahora compartida
por los tres a leer el cuento de los tres cerditos.
GONZALO ALONSO, IVÁN LÓPEZ, LOLA MULET, MARÍA REY
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