Fuori!, Matteo Scordino |
Empecé a abrir los ojos lentamente, y para mi sorpresa me encontré maniatada en una silla, con la boca tapada y varios cortes sobre la piel. Me sentía débil y mareada, no sabía lo que había pasado. Miré a mi alrededor, estaba en una sala oscura y tenebrosa, y en una esquina, un leve rayo de luz me dejó distinguir la silueta de la puerta de un sótano que parecía estar sellada. Era una puerta muy familiar, pero ya la había visto antes. De repente, supe donde la había visto, y poco a poco empecé a recordarlo todo.
Estábamos en frente de un edificio, era de noche y los lobos aullaban, nos preparábamos para entrar en este tétrico lugar e intentar resolver este crimen de hace 50 años que nos habían encomendado a los tres, ya que eramos los mejores investigadores del FBI. Un caso que la justicia dejó sin terminar: El caso de Yao Lynn, no deberíamos haberlo aceptado.
Nada más entrar, dedujimos que estábamos en un manicomio, solo hacía falta observar las habitaciones. Todas estaban ensangrentadas con esqueleto a cada paso que dábamos. Decidimos dar una vuelta para ver si encontrábamos algo de vital importancia, y nos dirigimos hacia la habitación que había en frente nuestra. Buscamos como buenos investigadores, pero no parecía haber nada, hasta que Nicolas Johnson encontró unos viejos y descompuestos documentos sobre los pacientes que habían sido tratado allí. Efectivamente, estaban escritos por Yao Lyn, el médico y psiquiatra que dirigía esta institución hace 50 años.
Fuimos a enseñárselo a Mohamed, pero antes de verle, se apagaron las luces de golpe. Se oyó un gran trueno, unos pasos acercándose... Volvió la luz y encontramos a Mohamed ahorcado y con una espada china en el corazón. Decidimos echar un vistazo para ver si había alguien más en la sala, y ante nosotros nos encontramos una terrorífica y gigantesca sombra blanca con intención de matarnos.
Salimos de la habitación en busca de un refugio, nos separamos y entré por una puerta que daba a un sótano. Espere a Nicolas, pero el no llegaba, así que cerré la puerta.
Allí era todo oscuridad, mire de reojo y distinguí una gran silueta blanca...
JOHAN ALVARADO, CLAUDIA ACOSTA, IRENE BAUTISTA, YAGO LABELLA, ZORAIDA BANDA
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