La habitación de Van Gogh en Arles (1888) |
Hemos vuelto de las vacaciones y hemos retomado el trabajo y también, con un poco de retraso, nuestras publicaciones. ¡Feliz año a todos!
Cuando entro en mi habitación me siento a gusto.
Es un cuarto amplio y luminoso. Frente a la puerta hay una ventana que da al jardín.
Las paredes tienen un tono lila, como mi flor preferida. El suelo, de mármol, le
da amplitud.
Todo el mobiliario de mi habitación es blanco,
eso le da una sensación de paz y tranquilidad. La cama está situada en la pared de la derecha, delante de un armario empotrado, es grande y tiene debajo otra cama
nido, para cuando vengan mis
amigas se sientan a gusto y acogidas.
En la pared de la izquierda hay una gran cómoda, hecha a medida y a juego con los otros muebles, al
abrir el cajón huele a jabón. Al lado de la cama está la mesita de noche, y
encima una lamparita romántica.
La decoración de mi cuarto da una sensación
de primavera, ya que mis cortinas, los cojines y el edredón a juego tienen
flores de todos los colores.
En verano es una habitación fresca, que
parece agua, y en invierno es cálida y parece estar más cerca del sol. Es así porque
mi madre ha instalado unos aparatos que mantienen el calor.
Cuando duermo me siento como si estuviera en una nube de
algodón y empiezo a soñar con pajaritos sobre mi cabeza. Y eso ocurre por vivir
en una zona tranquila, mi habitación es silenciosa y puedo dormir como un
tronco.
SARA MUÑOZ GARCÍA 1º C, D
Es una habitación luminosa,
pequeña, cálida, acogedora…Tiene forma rectangular y el techo es blanco, y está
adornado por muchas fotos, es como un museo. También tiene una gran lámpara
azul. Hay dos ventanas en el fondo, tapadas con una mosquitera y dos barras de
metal para que nadie pueda entrar por ahí, y yo me siento como una presa
cumpliendo su condena. La puerta está en la parte derecha, también adornada con
pósters y fotos. Las paredes son de color blanco, y están también adornadas con
tablones de corcho, fotos, pósters…El suelo es de mármol, y suele estar frío,
por eso, para evitar congelarme, hay una pequeña alfombra de colores, que me
hizo mi abuela una tarde de verano. Cuando la toco, recuerdo esa tarde de
risas, pues mi abuela intentaba que la hiciera yo y a mí no me salía. Hay una
cama, un baúl en el que guardo todos los recuerdos de mi infancia, una cómoda, un
escritorio, un armario y dos pufs en los que nos sentamos mis amigas y yo. La
cama es blanda y gustosa, pues sus sábanas son de franela. La mesa de estudio
tiene muchas cosas encima, y no puedo trabajar muy bien. La habitación suele
estar desordenada, aunque yo intento que no, pero limpia, pues la señora que
limpia mi casa la limpia todos los días.
CLAUDIA LAMONEDA CASADO 1º A, B
Mi habitación es algo oscura,
debido a los altos setos de la casa de al lado. Su tamaño es mediano y me
gustaría tener una habitación más amplia y espaciosa. El techo es muy alto; va
en aumento porque posee una buhardilla arriba del todo, a la que me encanta
subir porque allí siento que nadie me va a molestar.
Por las mañanas, lo primero que hago es abrir mi ventana y respirar el aire fresco que invade todo el dormitorio. Me encanta el olor a tierra mojada y el sonido del canto de los pájaros madrugadores, que solo se interrumpen con algún ruidoso cortacésped de alguna casa cercana.
El color de las paredes fue elegido por mi hermana, pues el violeta es su color favorito. El suelo es de madera y disfruto tirándome en la mullida y sedosa alfombra situada a los pies de mi cama. Los muebles combinan puertas rosas y lilas, que le dan un aspecto muy acogedor y femenino.
Mi cama es un mueble litera y yo elegí dormir arriba, pues allí me siento con mas libertad de movimientos. Cuando me tumbo en mi cama me gusta su olor a limpio y disfruto del agradable tacto de las suaves sábanas de franela. La funda nórdica que la cubre le da un aspecto muy colorido y juvenil a la habitación. El armario es empotrado, con puertas correderas y está dividido en dos partes; una para mi hermana y otra para mí. Me encanta el sonido que producen sus puertas al abrirlo y cerrarlo. También hay una mesa de estudios muy amplia en la que me suelo sentir muy agobiada porque siempre está lleno de trastos de mi hermana.
La habitación suele estar un poco
revuelta porque mi hermana disfruta sacando todo lo que encuentra en su camino,
a pesar de mis constantes enfados y amenazas.
MARÍA LUISA SEGOVIA QUINTANO 1º C, D
Mi habitación es muy luminosa y bastante grande. Su forma
es alargada y del techo cuelga una bonita lámpara que ilumina como si fuese el
mismo Sol. Tiene una ventana grande adornada por un fino estor blanco que
permite ver la calle a través de él. La puerta, también de color blanca, está
situada enfrente de la ventana. Me gusta el color de la pared porque, al estar
pintadas con un tono suave, hace que resalte de forma muy vistosa los numerosos
cuadros que hay colgados. Tengo dos alfombras sobre el suelo que le dan calidez
a la frialdad del mármol.
Mi cama, situada a la izquierda
junto a la pared, es muy confortable y esta vestida con un esponjoso edredón
blanco con pequeñas flores de colores. Enfrente de la ventana hay un armario
con dos puertas blancas. Aunque es bastante amplio, está tan lleno de ropa y
cajas de juegos que no me permite meter nada más. A continuación de la mesa,
tengo una mesilla donde guardo todo tipo de objetos pequeños. Reconozco que a
pesar de que están un poco desordenados, siempre encuentro lo que necesito.
Mi cuarto da a una calle
tranquila por donde no circulan muchos coches, de forma que el único ruido que
escucho algunas mañanas es el canto de los pájaros. Siempre está limpio y
muchas veces cuando entro huele a productos de limpieza. Es la parte de la casa
que más me gusta, porque está decorada por mí y en ella me encuentro muy a gusto
ya que para mí es muy acogedora.
LAURA ROMERO PIÑEIRO 1º A, B
Mi habitación es la mejor de toda la casa, aunque no es la más grande, ya que es la más luminosa y soleada. A pesar de dar a una carretera muy transitada, los cristales dobles de la puerta de salida al balcón hacen que no se sienta ni el sonido de una mosca y que esta sea muy cálida en invierno y fresca en verano. En los días de lluvia, a ella llega el olor a dama de noche mezclado con el de la tierra húmeda de mi jardín y el olor a azahar recién florido de los naranjos de la calle, me anuncia la llegada de la primavera.
En ella, se encuentra todo cuanto necesito y me encuentro muy cómodo y relajado. Allí paso la mayor parte del día porque es en su mesa de estudio donde hago los deberes. Además, esta me es muy práctica, junto con el flexo, cuando tengo que calcar mapas ya que me ayuda el que sea en su mayor parte de cristal, y el mapamundi hecho por mí de piezas de puzle que cuelga de la pared, me sirve para situar los países. El ordenador que tengo en la mesa, lo utilizo muchísimo para buscar información en Internet y si tengo que imprimir algún documento lo hago con la impresora, situada encima de la cajonera, que tiene más botones que una nave espacial. A veces tengo que pedir ayuda cuando necesito escanear e imprimir a la vez.
Cuando no tengo tareas, me encanta tirarme en mi confortable cama abatible y escuchar música mirando la lámpara de cinco focos que cuelga del techo como una tela de araña o leer alguno de los muchos libros que hay en la estantería del mueble. Me encanta, cuando empiezo uno nuevo, pasar sus hojas velozmente y sentir el aire en mi cara y el olor a papel impreso. Hay veces, que me leo dos a la vez. La alfombra naranja que hay a los pies de mi cama, es otro sitio donde me encanta tumbarme, porque tiene un tacto muy agradable, ya que sus pelos son los de un gato angora.
Todas las noches suelo hacer lo mismo, me ducho, me pongo el pijama y batín, y me voy a mi habitación. Allí miro en el corcho que hay colgado en la pared, junto con fotos divertidas de mi familia y amigos, el calendario del colegio. Saco los libros de la cómoda color cerezo a juego con el resto de muebles y preparo la mochila para el día siguiente. Después, saco de mi armario empotrado la ropa que me pondré y la dejo ordenada sobre la silla giratoria naranja, ya que mi madre me ha enseñado a tener siempre mi habitación limpia y ordenada. Por último, pongo el reloj despertador y me meto en mis sábanas de pirineo, suaves como el terciopelo y que tiene olor a flores presumidas y recién perfumadas y me tapo con el edredón nórdico de Benetton naranja que cubre mi cama y si me despierto durante la noche porque hiciese mucho frío enciendo el pequeño calentador situado debajo de la mesa de estudio.
LUIS VALDEARCOS DEL SOL 1º C, D
Es una habitación luminosa y pequeña, pero es muy acogedora y en ella me siento relajada. Tiene una forma rectangular y el techo es blanco, de él cuelga una lámpara con forma de avioneta roja con dos personajes subidos a ella, Piolín y Silvestre, que me parecen muy monos.
En esa pared hay un espejo circular hecho de fragmentos de este mismo material, del tamaño de una cabeza de alfiler y decorada con cuatro flores, cada una de un color: rosa, naranja, azul y violeta hasta llegar a la pieza central del espejo por la que me observo, pues soy bastante presumida.
Mi habitación es la mejor de toda la casa, aunque no es la más grande, ya que es la más luminosa y soleada. A pesar de dar a una carretera muy transitada, los cristales dobles de la puerta de salida al balcón hacen que no se sienta ni el sonido de una mosca y que esta sea muy cálida en invierno y fresca en verano. En los días de lluvia, a ella llega el olor a dama de noche mezclado con el de la tierra húmeda de mi jardín y el olor a azahar recién florido de los naranjos de la calle, me anuncia la llegada de la primavera.
En ella, se encuentra todo cuanto necesito y me encuentro muy cómodo y relajado. Allí paso la mayor parte del día porque es en su mesa de estudio donde hago los deberes. Además, esta me es muy práctica, junto con el flexo, cuando tengo que calcar mapas ya que me ayuda el que sea en su mayor parte de cristal, y el mapamundi hecho por mí de piezas de puzle que cuelga de la pared, me sirve para situar los países. El ordenador que tengo en la mesa, lo utilizo muchísimo para buscar información en Internet y si tengo que imprimir algún documento lo hago con la impresora, situada encima de la cajonera, que tiene más botones que una nave espacial. A veces tengo que pedir ayuda cuando necesito escanear e imprimir a la vez.
Cuando no tengo tareas, me encanta tirarme en mi confortable cama abatible y escuchar música mirando la lámpara de cinco focos que cuelga del techo como una tela de araña o leer alguno de los muchos libros que hay en la estantería del mueble. Me encanta, cuando empiezo uno nuevo, pasar sus hojas velozmente y sentir el aire en mi cara y el olor a papel impreso. Hay veces, que me leo dos a la vez. La alfombra naranja que hay a los pies de mi cama, es otro sitio donde me encanta tumbarme, porque tiene un tacto muy agradable, ya que sus pelos son los de un gato angora.
Todas las noches suelo hacer lo mismo, me ducho, me pongo el pijama y batín, y me voy a mi habitación. Allí miro en el corcho que hay colgado en la pared, junto con fotos divertidas de mi familia y amigos, el calendario del colegio. Saco los libros de la cómoda color cerezo a juego con el resto de muebles y preparo la mochila para el día siguiente. Después, saco de mi armario empotrado la ropa que me pondré y la dejo ordenada sobre la silla giratoria naranja, ya que mi madre me ha enseñado a tener siempre mi habitación limpia y ordenada. Por último, pongo el reloj despertador y me meto en mis sábanas de pirineo, suaves como el terciopelo y que tiene olor a flores presumidas y recién perfumadas y me tapo con el edredón nórdico de Benetton naranja que cubre mi cama y si me despierto durante la noche porque hiciese mucho frío enciendo el pequeño calentador situado debajo de la mesa de estudio.
LUIS VALDEARCOS DEL SOL 1º C, D
Es una habitación luminosa y pequeña, pero es muy acogedora y en ella me siento relajada. Tiene una forma rectangular y el techo es blanco, de él cuelga una lámpara con forma de avioneta roja con dos personajes subidos a ella, Piolín y Silvestre, que me parecen muy monos.
Hay dos ventanas
perfectamente alineadas como una cordillera y son enormes, con cortinas blancas
y figuras de tantos colores cuan el mismísimo arco iris. A través de ellas
puedo observar gustosamente mi urbanización. Cuando miro por ellas mi mente se
transporta a otro lugar, me distraigo y mi urbanización se convierte en
cualquier cosa menos en lo que es. La puerta es la entrada
a mi espacio personal y cuando la abro o
la cierro escucho un sonido chirriante que irrita a mi oído. Las paredes
están pintadas de rayas blancas y amarillas que se suceden graciosamente y el
suelo es de un apacible parqué marrón claro.
Hay menos muebles que
pelo posee un calvo, pero yo no necesito más para ser feliz allí. La cómoda y
mullida cama es pequeña, pero al tumbarme sobre ella me siento como en una
nube, por su colchón de látex y su suave edredón. La mesilla de noche está al lado de la cama y
encima de ella hay una foto del día de mi comunión en la que estoy con mi
vecino Javier, que para mí es el hermano que no tengo y lo prefiero antes que
todo el oro del mundo, por lo que al mirar la imagen siento una nostalgia
inmensa. En la mesilla también tengo una figura de un ángel que hizo mi abuela
y hace que me acuerde de ella en todo momento y a ella le hace mucha ilusión
saber eso. El armario es inmenso y
ocupa tanto espacio como un elefante en mi pequeño dormitorio, una pared
entera. La estantería es la fuente de mi imaginación, pues allí están mis
libros de lectura y encima algunos de los juguetes que más recuerdos me traen. En esa pared hay un espejo circular hecho de fragmentos de este mismo material, del tamaño de una cabeza de alfiler y decorada con cuatro flores, cada una de un color: rosa, naranja, azul y violeta hasta llegar a la pieza central del espejo por la que me observo, pues soy bastante presumida.
La habitación está
ordenada y limpia. Allí huele como un campo florido quizás sea por el estampado
de mi alfombra.
ANA CASADO SÁNCHEZ 1º
A, B
Mi habitación es el
lugar de mi casa donde mejor me siento. Es un cuarto muy grande y luminoso, en
el que suelo estar todo el día metida. Para mi es como la casita de cuento que
todas las personas desearían tener. Tiene forma cuadrada, con techo blanco
donde se puede ver una lámpara redonda. Está algo desordenada. Tiene dos
ventadas que están al fondo de la habitación, enmarcadas por dos cortinas de
color blanco, como las casas que pudo ver a través de ella. También al
asomarme, se ve mi jardín. Mis paredes están pintadas de mi color favorito, un
celeste claro que da una sensación de tranquilidad. El suelo de blancas
baldosas, es muy resbaladizo y me suelo caer cuando voy corriendo. En él hay
una alfombra beige, que tiene un tacto tan suave como el de una nube.
Mi armario está situado
a la derecha de la puerta que ésta está en frente de las ventanas. Es uno de
los muebles que más me gusta de mi habitación, ya que al abrirlo huele a mi
perfume y sus puertas están llenas de posters de mis cantantes y actores favoritos,
que parece que me observan todo el día. Mi cama se encuentra a la derecha del
cuarto. Es una cama muy grande y blandita. Al sentarme en ella me encuentro muy
a gusto y por eso todos los días me voy allí un rato con mi móvil a escuchar
música o a leerme un libro. A la izquierda de la habitación hay un mueble con
cajones de distintos colores, donde guardo mis calcetines y algunas camisetas.
Sobre este mueble hay una lámpara pequeña y antigua que suelo encender muy a
menudo, y a su lado hay varios libros de distintas asignaturas. Justo encima de
éste se encuentran dos pequeñas estanterías de madera donde he colocado mis
trofeos y fotos que me traen muy buenos recuerdos. También tengo un reloj muy
grande con forma redonda que está parado a las 6.20. En la pared de mi ventana
tengo colgado un calendario junto con el horario del instituto, que me ayuda a
organizarme.
AITANA
SENÉN GALDEANO 1º D
Mi habitación es
bastante alegre, por la gran cantidad de luz que entra durante el día por la
gran ventana que ocupa una de las paredes. Esto es potenciado, además, por los
colores vivos en las que éstas están pintadas. Al entrar, justo enfrente, está
la ventana por la que me gusta mirar como si fuera un gran prismático para
mirar el resto de Sevilla. Del centro del techo cuelga una divertida lámpara en
forma de avión que me recuerda a la primera vez que viajé en este medio.
Mi cuarto, que aun
siendo grande no tiene demasiados muebles, intento que esté siempre ordenado. Hay
dos camas, ya que lo comparto con mi hermano, con un cabecero de color
amarillo. Justo encima de ellas hay una estantería con libros, al lado de
ellas, la mesita de noche y en frente dos roperos empotrados. Todo ello sobre
un suelo blanco de mármol brillante como un espejo.
Sin duda, lo que más me
gusta después de un largo día es ir allí y tumbarme en mi cama, donde me siento
seguro y protegido. Sintiendo el suave tacto de las sábanas y su agradable
perfume a suavizante, me relajo y me quedo dormido.
MARIO SENA LUQUE 1º C, D
Las descripciones de las habitaciones están estupendas y muy trabajadas.En general todas están bastante bien.
ResponderEliminarZoraida 1ºA Bilingüe.
Me han gustado mucho las descripciones de las habitaciones. En concreto la de Maria Luisa, pero en general estan todas bastantes bien.
ResponderEliminarClaudia Morgal 1ºC bilingue
Me gustan mucho las descripciones.Están estupendas.Se nota que se lo han trabajado.
ResponderEliminarEn concreto me gusta la de Mario Sena.
Claudia Lamoneda 1.ABb